Pilares

1. Dedicar tiempo a la ​lectura en clase

Se deben asignar 20 minutos de cada clase para la lectura recreativa ​de los libros seleccionados por los estudiantes. Dedicar tiempo a la ​lectura durante la jornada escolar es efectivo para aumentar la ​cantidad de lectura (Fisher & Fray, 2018; Krashen, 2013).

2. Implementar ​Bibliotecas de aula

Se deben implementar bibliotecas en cada aula, con una amplia ​selección de libros apropiados para la edad de los estudiantes. Es ​importante recordar que el acceso a una variedad de libros está ​asociado con un aumento significativo en la frecuencia de lectura y el ​gusto por la lectura (McQuillan & Au, 2001; Merga, 2015; Yi, Mo, Wang, ​et al., 2018).

3. Implementar la ​evaluación formativa a ​través de un registro ​diario de lectura

Los profesores deben llevar un registro diario de las lecturas de los ​estudiantes, así como de otras actividades relacionadas a ello, para mo​nitorear su progreso y motivación. Evaluar formativamente, ​en lugar de sumativamente, fomenta la motivación intrínseca, la ​cual es más duradera y conduce a un mejor desempeño (Logan et​ al., 2011; Retelsdorf et al., 2011; Schiefele et ​al., 2012).

4. Fomentar la ​interacción entre ​estudiantes

Se deben proveer espacios al menos una vez a la semana para ​fomentar la interacción en torno a la lectura, permitiendo que los ​estudiantes se recomienden libros y discutan sobre ellos. La ​interacción entre estudiantes tiene un impacto positivo en su ​motivación por la lectura (Fisher & Fray, 2018; Ivey, 2014; Ivey & ​Johnston, 2015; Varuzza et al., 2014).

5. Permitir la elección ​de lecturas:

Es crucial permitir que los estudiantes elijan los libros que desean leer ​de entre los disponibles en las bibliotecas de aula. La libertad de ​elección aumenta el interés y el compromiso con la lectura (Patall, ​2013; Schraw et al., 1998; Steiner, 2017).

6. Realizar lecturas en ​voz alta

Los profesores deben leer en voz alta a los estudiantes al menos una ​vez a la semana, eligiendo libros que puedan ser de interés. Esta ​práctica ha demostrado tener impactos positivos en la motivación y el ​desempeño de los estudiantes (Albright & Ariali, 2005; Clark & ​Andreasen, 2014; Ledger & Merga, 2018; Ivey & Broaddus, 2001; ​Marchessault & Larwin, 2014).